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Gastronomía e historia en Ipoh, una preciosa ciudad de Malasia

Actualizado: 13 may 2020

Ipoh es una ciudad ideal para pasar uno o dos días tranquilos disfrutando de la gastronomía y la cultura de Malasia. Es la capital del estado de Perak, y está excelentemente conectada por carretera y tren con Kuala Lumpur y con Penang. Es por ello que decidimos hacer allí una parada en nuestro camino hacia la costa oeste del país.


Ipoh está llena de murales de Ernest Zacharevich
Ipoh está llena de murales de Ernest Zacharevich

La verdad es que fue un gran acierto, ya que viniendo de la moderna capital de Malasia, pudimos tener una visión muy diferente de este maravilloso país, a través de una de sus ciudades más influenciadas por la cultura china, y que a su vez es muy rica en arquitectura colonial británica.


Llegamos a la estación de Ipoh con las últimas luces del día, así que esa primera noche nos conformamos con iniciar nuestro descubrimiento de los platos típicos de esta cocina que mezcla de manera magistral la herencia de las diferentes culturas que han pasado por allí. Cenamos mezclados con los habitantes de Ipoh en uno de los múltiples restaurantes de la calle Jalan Raja Ekram, en mesas sacadas directamente a la calzada. Tomamos unos Hokkien Noodles servidos en platos de plástico que estaban muy sabrosos.


El alojamiento que elegimos para nuestras dos noches en esta ciudad, el hostal Abby by the River, se encontraba situado en la orilla este del río Kinta, en una ubicación ideal cercana al centro de la población y junto a un bonito puente.


El Perak Tong Temple se extiende por un camino lleno de pagodas y buenas vistas
El Perak Tong Temple se extiende por un camino lleno de pagodas y buenas vistas

Nada más salir del hostal a la mañana siguiente tomamos un Grab que nos condujo al Perak Tong Temple, un templo chino con una cueva cavada sobre la roca donde, como no, unos simpáticos monos nos esperaban a la entrada. El lugar estaba muy tranquilo, así que pudimos recrearnos en las diferentes esculturas religiosas, las inscripciones en caligrafía china y el agradable recorrido a través de la naturaleza que nos llevó a unas pagodas rodeadas de un bonito paisaje.


Ipoh, wow!
Ipoh, wow!

Volvimos a la estación de trenes para ver la zona de edificios coloniales, todos ellos de color blanco y construidos a principios del siglo XX. La estación es posiblemente el más espectacular de ellos, gracias a sus bonitas cúpulas. Enfrente justo, separado de la estación por una fuente, se encuentra el Town Hall, y siguiendo por la misma calle se llega al Birch Memorial Tower, una torre con un reloj en el centro de una animada plaza repleta de pequeños puestos donde paramos a almorzar roti canai, uno de los panes típicos de Malasia, mojados en suculentas salsas.


La arquitectura colonial británica es otro de los atractivos de Ipoh
La arquitectura colonial británica es otro de los atractivos de Ipoh

No muy lejos de la torre del reloj vimos la primera representación de arte callejero, otro de los grandes atractivos de Ipoh, al igual que en su hermana mayor Georgetown, que visitamos unos días después (descubre más sobre ese destino pinchando aquí). El artista Ernest Zacharevich, muy prolífico en obras de arte en las calles de distintas ciudades de Malasia, ha dejado su impronta en la zona antigua de esta ciudad junto a otro gran número de artistas, llenando Ipoh de bonitos murales.


El arte callejero nos acompañó a lo largo de nuestro viaje por Malasia
El arte callejero nos acompañó a lo largo de nuestro viaje por Malasia

En nuestra búsqueda de murales, como si se tratara de una yincana, nos topamos de frente con una de las joyas ocultas de Ipoh, el mercado de segunda mano de Hong Keng. Aunque lo parece no hay nada improvisado en este agradable espacio lleno de pequeñas tiendecitas de productos típicos y souvenirs. Allí probamos un helado que no habíamos visto en ningún otro lugar, una bola de hielo sobre la que añadían sirope de distintos sabores.


El mercado de Hong keng es uno de los lugares más auténticos de Ipoh
El mercado de Hong Keng es uno de los lugares más auténticos de Ipoh

Fue un preámbulo excelente para nuestra llegada a la más famosa de las calles de Ipoh, Lorong Panglima, apodada como Concubine Lane por su oscuro pasado repleto de historias y rumores sobre encuentros amorosos y fumaderos de opio. Es curioso, pero en este estrecho callejón encontramos casi más gente que en el resto de la ciudad junta. Y es que es normal sentirse atraído por los faroles rojos, los balcones llenos de plantas y los modernos cafés que flanquean todo el recorrido.

Concubine Lane es la calle más famosa de Ipoh
Concubine Lane es la calle más famosa de Ipoh

Helado de mango en mano, nos recreamos disfrutando del ambiente único en los escasos 100 metros de longitud de este lugar, que rezuma historia y cultura por todos sus costados.


Al final del callejón retomamos nuestra misión de encontrar los principales murales de street art, entre los que nos encantaron los del repartidor de Uber y del carro de transporte. Todos ellos muestran, de una u otra manera, símbolos de la cultura y la historia de esta cautivadora ciudad.


Sam Poh tong nos pareció un parque para niños
Sam Poh Tong nos pareció un parque para niños

A continuación volvimos a alejarnos del centro de Ipoh de nuevo en grab, que para nosotros es la mejor forma de desplazarse por Malasia, para visitar un templo ubicado en el interior de una montaña. El templo Sam Poh Tong, al sur de la ciudad, nos pareció decepcionante. Lleno de imágenes que, desde nuestro desconocimiento, tenían aspecto infantil, como si se tratara de un parque para niños. Estuvimos allí algo menos de 15 minutos antes de tomar el camino a la inversa en busca de un lugar donde parar a comer.


Market Lane es una de las calles más bonitas de Ipoh. Allí oculto está el Tiga Bar.
Market Lane es una de las calles más bonitas de Ipoh. Allí oculto está el Tiga Bar.

Ese lugar fue el restaurante Lim Ko Pi, donde nos sirvieron un menú con entrante, un exquisito Nasi Lemak (plato tradicional malayo a base de arroz, frutos secos, leche de coco, pollo, verduras y huevo), postre y bebida. Para bajar la abundante comida fuimos a pasear por los alrededores, donde encontramos una preciosa calle llamada Market Lane, cubierta de los rayos del sol por un conjunto de paraguas colgados a modo de sombrilla gigante.


Cruzamos de nuevo el río Kinta, hacia el barrio donde habíamos cenado la noche anterior, Taman Jubilee. Allí buscábamos un lugar donde tomar la típica bebida local, el White Coffee, hecho con granos de café tostados con aceite de palma y servido en un vaso alto con hielo y leche condensada. Una verdadera bomba de relojería, aunque reconocemos que estaba buenísimo.


También probamos dulces de la zona en una pastelería llamada Loy Lim Cottage, donde una mujer muy amable nos explicó de qué y cómo estaba hecho cada uno de ellos. A lo largo de todo el viaje por Malasia encontramos gente muy amable que nos hizo el recorrido aún más agradable si cabe.


Continuamos la visita a Ipoh cruzando Jalan Sultan Iskandar, la avenida principal, en dirección al sur. Allí conocimos Mural Art's Lane, una tranquila zona de callejones repletos de murales que mostraban en su mayoría a niños jugando. Estos niños nos condujeron a la mezquita Panglima Kinta, la más bonita de Ipoh. Nos tuvimos que conformar con admirar su arquitectura desde fuera ya que el acceso para no musulmanes estaba prohibido.


Mural Art's Lane es una zona tranquila, aunque está llena de "niños jugando"
Mural Art's Lane es una zona tranquila, aunque está llena de "niños jugando"

Como estábamos cerca del hostel, decidimos hacer una breve pausa antes de salir a cenar, ya que el día había sido intenso y caluroso. En cuanto salimos vimos que estaba anocheciendo y que los colores del cielo nos invitaban a pararnos en el puente sobre el río Kinta y disfrutar del momento. Cuando ya estaba oscureciendo emprendimos camino hacia un restaurante indio llamado Pakeeza, algo más alejado del centro. Allí cenamos diferentes tipos de carne y salsas. Una muestra más de la riqueza gastronómica de Ipoh.


El atardecer en el puente sobre el río Kinta fue precioso
El atardecer en el puente sobre el río Kinta fue precioso

Cerramos el día tomando algo en uno de los lugares ocultos de la ciudad, el Tiga Bar, escondido tras un oscuro pasillo en la calle de los paraguas, Market Lane. Un ambiente tranquilo y con buena música donde poder disfrutar de un bien escaso en Malasia, una cervecita bien fría.


Ipoh fue una parte muy importante de nuestro descubrimiento de Malasia, ya que nos introdujo a un mundo de mezcla de culturas, un preámbulo perfecto para nuestras posteriores paradas en Penang y Langkawi.


A continuación os dejamos un mapa de los puntos más importantes que ver en Ipoh y los mejores restaurantes y bares donde comer o tomar algo en la capital de Perak, en Malasia.


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